Érase una vez una obsesión. No son fastuosas, no son accesibles en su mayoría, ni siquiera son mi tipo de camposanto favorito, pero las tumbas antropomorfas que horadan algunos de los peñascos de mi niñez, despiertan en mí una extraña fascinación. Tanto es así que no he parado hasta dar con las coordenadas exactas del perdido eremitorio en Quintanilla de Corvio (Palencia) desde que supe de su posible existencia.
Sí, eran complicadas de ver. |
En estos últimos siete (¡siete! 😮) años de más o menos estudio que separan aquella primera entrega de esta ampliación de la misma, me he permitido el lujo de poder hacer una clasificación en base a la situación geográfica de las necrópolis antropomorfas palentinas, a diferencia de las habituales clasificaciones que van más encaminadas a adscribirlas a un eremitorio cercano o no. Sin embargo hoy me voy a permitir un lujo más: en vez de escribir acerca de las sesudas teorías arqueológicas y antropológicas que se barajan en torno a este tipo de enterramientos, puro misterio en su conjunto al que ya llegaremos, voy a narrar un egotrip.
Necrópolis de San Vicente_ Quintanilla de Corvio (mapa)
Siglo V-VII (?)
Madrid, anno Domini 2013: yo recopilando toda la información que caía en mis manos sobre estas singulares fosas. Barajaba la idea de pasarme el verano por mi pueblo y sus alrededores fotografiando y documentando lo mejor posible estos lugares olvidados.
Como no hay quinto malo, que dirían en los círculos taurinos, a la quinta —en el verano de 2018— fue la vencida. En las cuatro visitas precedentes siempre había errado el emplazamiento. No sé muy bien porqué, posiblemente por una mala interpretación de algún mapa, me figuraba que la necrópolis tenía que hallarse entre las casas y la carretera comarcal CL-626, en medio del robledal que los separa. Sin embargo la ubicación exacta se encuentra a espaldas del pueblo, hacia el Este, en medio de lo que hoy son campos de trigo y tierras de pastoreo delimitadas por diminutos riachuelos y la Cordillera Cantábrica.
En segundo lugar, encontrarnos con un vecino del caserón que nos ofreció indicaciones bien precisas para acertar con la localización geográfica. En las anteriores ocasiones había preguntado a otros habitantes de la zona y a todos les había sonado a chino el tema. Esta vez tuvimos mucha suerte porque no sólo nos indicó el lugar, también nos comentó que la advocación bajo la que se encuentra el lugar hace referencia a San Vicente, detalle que hasta el momento desconocía.
Debajo de esa maleza, créanme, hay tumbas, vacías (parecen), pero tumbas. |
Ese hundimiento en la roca con forma de esquina… |
Trepamos entre escaramujos y escobas y, desde arriba, ¡allí estaban ellas! sepultadas por siglos de hojarasca y abandono. El montículo que nos había señalado el vecino minutos antes desde su vivienda estaba, y está, lleno de tumbas antropomorfas. Todas de adultos, al menos las que pudimos ver.
Encontrando la forma tan característica de este tipo de enterramientos, quedaron despejadas todas las dudas de que ese era el lugar. |
Porque la mayoría de las veces se trataba más de un ejercicio de imaginación que otra cosa. |
Realmente esta fue la primera tumba que intuímos. |
Y esta la segunda, ya completa. |
Y ésta la prueba definitiva de que era la X marcada en nuestro mapa del tesoro. |
Estuvimos un par de horas intentando encontrar el mayor número de antropomorfas posible, pero era complejo entre lo accidentado del terreno y la cantidad de vegetación que se había hecho con la colina. Al mirar a mi amigo Javi comprendí que tal vez la mejor forma de que entendiera lo que allí había en realidad era llevarle a otra necrópolis de estas características, una con el trabajo arqueológico hecho. Y de esta guisa nos fuimos al más cercano, al de San Totis de Corvio y, oh, fui yo la que se llevó una agradable sorpresa…
Necrópolis de San Totis o Santiuste_ Corvio (mapa)
Siglo VIII-XI (?)
Empezaba a esconderse el sol por el horizonte cuando conduje hasta Corvio para enseñar a mi amigo lo que son las tumbas antropomorfas. Lo bueno del verano es que anochece tarde y aún pudimos disfrutar de un buen campo lleno de antropomorfas antes de que oscureciera del todo.
Normalmente las cabezas de las tumbas apuntan hacia Tierra Santa, esto es, con los pies hacia el este, pero no hay reglas sin excepción. |
De la misma serie_
- Eternidad Pétrea. Las necrópolis rupestres palentinas (I). La cuenca alta del río Pisuerga (link).
Pues quizás no sea las sepulturas más espectaculares, pero ha servido para redescubrir su blog. Lo seguía hace tiempo y lo creí inactivo. Hoy lo veo resucitado compruebo cuán bien le sienta la vida.
Un saludo.
¡Gracias por el comentario, DLT! Ni se imagina lo bien que me sienta a mí saber que alguien sigue por aquí. Reconozco que tengo la casa un poco descuidada, pero tengo una buena excusa para tal descuido.
Ojalá pueda ponerme las pilas poco a poco… Posts ya le digo que hay en el horno cocinándose a fuego demasiado lento.
Un saludo.