Despidamos el año 2011 con un réquiem. No en vano apenas sí le quedan doce horas de vida. 😉

He sido seguidora de Zbigniew Preisner durante muchos años sin saberlo. Quedé atrapada por su música cuando vi Azul de Krzkysztof Kieslowski en la gran pantalla. «Song for the Unification of Europe» me pareció una composición excelsa (aún me peleaba en 1993 con el solfeo, la armonía, el chelo y tocaba la guitarra sin reconocer mi nulo talento para la Música).

Pero en aquel momento las nuevas tecnologías no estaban tan desarrolladas (no existía San Google) y en mi pueblo la única tienda de discos que había se dedicaba al mainstream más absoluto. ¡Purcell! ¿Quién es Purcell? ¿Sale en los 40 Principales? Re-conocí a Preisner viendo el último largometraje de Terrence Malick, El Árbol de la Vida, en el que nos muestra el origen de, digamos, todo esto que nos rodea con el movimiento «Lacrimosa 2 – Days of Tears» de Réquiem For My Friend.

El amigo del que nos habla este réquiem no es otro que el mismo Kieslowski.

Lápida en uno de los corredores perimetrales del patio de la Purísima Concepción de la Sacramental de San Isidro en Madrid.

Qué quieren que les diga, me pone los pelos como escarpias cada vez que lo escucho. Es de un sentimiento, una tristura que te hiela el alma –«Kyrie Eleison»«Dies Irae», «Lacrimosa»… – con pequeños toques acogedores –«Offertorium»«Agnus Dei», «Lux Aeterna»…- y la redención del alma para posiblemente continuar al lado de Dios: «Kai Kairos», «Ascende Huc»

Preisner  nos muestra un réquiem con dos claras y entremezcladas partes si atendemos a los instrumentos utilizados. Se apoya por un lado en la estructura de la Liturgia Eucarística empleando los textos de la Missa Pro Defunctis  dotando a estos movimientos de una austeridad musical reflexiva e íntima. Por otro crea movimientos más relacionados con la vida -compartimentados a su vez en comienzo, destino y apocalípsis- en los que emplea una abigarrada instrumentación que nos hace pensar casi sin querer en la música incidental creada para el Cine, sector de donde proviene el músico polaco.

Estas dos vertientes instrumentales de Requiem For My Friend hace que disfrutemos de órganos al ritmo de contrapunto minimalista (¿es posible esta combinación? Sí, lo es.) –«Sanctus», «Epitaphium»– junto con la polifonía –«Officium»– al lado del aterciopelado saxofón –«Meeting»-, con una quejumbrosa pero enérgica sección de cuerda –«Veni et vidi»…-.

Pínchenla en mi muy lejano sepelio. 😉

Feliz 2012.
Cal.

PD. Si alguno de ustedes no tiene cuenta en Spotify ni quiere tenerla, les pongo un enlace aquí de YouTube para que puedan más o menos disfrutar de esta composición.

4 comentarios

  1. Pues como Esther i Toni ya tenemos tarea para las primeras horas de este nuevo año. Gracias por compartirlo.

    Un abrazo y ¡feliz año 2012!

  2. Pelas, pelas, Esther i Tony. ;-D Feliz año también para vosotros, de todo corazón. Espero que os guste mucho la tarea encomendada.

    ¡Feliz año también, Ksawery, Lilith! Seguro que os gustará, yo no puedo dejar de escucharlo.

    Muchas gracias, Mar, me alegra que te guste y feliz 2012 para ti también.

    Beeeeeeeeeeeeesos para todos.
    Cal.

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